miércoles, 12 de agosto de 2009

Seguir a Cristo III


SEGUIR A CRISTO PARTE III

Nos cuenta el Evangelio de Marcos 1,16-20 y sus paralelos que Simón y Andrés, Santiago y Juan lo dejan todo y “siguen” Jesús. Pero tal desprendimiento y tal prontitud sólo han sido posibles gracias a que Jesús ha fijado primeramente en ellos su mirada, ha penetrado en su corazón, ha sembrado allí una gracia interior y los ha llamado. La iniciativa ha partido de pescadores del lago pasarán a ser, como Jesús, pescadores de hombres. Este seguir a Jesús acompañado de una tarea de salvación, es un “carisma” especial en orden al reino de los cielos; lleva en sí una transformación interior y un cambio de destino.

El caso de Leví es muy semejante al de los primeros cuatro discípulos: Salió Jesús y vio a un publicano llamado Leví sentado en el despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Lc. 5,27-28.

Leví, llamado también Mateo, era recaudador de impuestos y, como tal, estaba catalogado entre la gente indeseable y malvista. Para todo el mundo, Leví no era más que un pecador. Pero Jesús lo vio y lo llamó. Y Leví-Mateo, dejándolo todo, lo siguió.

A partir del momento de su llamamiento, este grupo de cinco personas (Simón, Andrés, Santiago, Juan y Mateo) siguen a Jesús, sin apartarse de él. Lo acompañarán durante su ministerio en Galilea, irán con él cuando suban temerosos a Jerusalén para la fiesta de la última Pascua, lo seguirán hasta Getsemaní la noche misma de la traición: Mt. 8,23; 9,19.

Para “seguir a Jesús” se necesita ordinariamente el testimonio de quien ya lo ha conocido. Un ejemplo mas que claro es el de Juan Bautista; él había recibido la revelación de que Jesús era el elegido de Dios, que bautizaría en el Espíritu Santo (Jn. 1,29-34).

“habiendo mirado a Jesús que pasaba, dice: ¡He aquí el Cordero de Dios!. Y lo oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús” Jn. 1,36-37

El dato es importante. Los dos discípulos de Juan siguieron a Jesús solamente después de haber escuchado el testimonio de su maestro.

Este testimonio nos enseña al menos dos cosas:
1. “Haber visto”; lo cual equivale a haber tenido una experiencia personal de aquél o de aquello de que se va a testificar.
2. “Proclamar el testimonio”. En el caso que analizamos: Juan ha visto a Jesús y da testimonio de él; y por parte de los discípulos, éstos han escuchado el testimonio y lo han aceptado. Del oír y aceptar- y bajo la acción discreta de Dios Espíritu santo- ha nacido el deseo, y, así, los discípulos “siguieron a Jesús”.

Vuelto entonces Jesús, y viendo que lo seguían, les dice: ¿Qué buscan?. Ellos le dijeron: Rabí, ¿dónde moras?. El les dice ¡vengan y vean! Jn. 1,38-39a

Jesús, a su vez, fija su vista en los dos discípulos que lo siguen. Se teje luego una conversación rápida, llena de simplicidad, pero cargada de significado. Cuatro verbos forman todo el diálogo: “buscar, morar, venir, ver”.

“Buscar” encierra el afán por encontrar algo o alguien, de cuyo hallazgo se seguirá una satisfacción plena o el éxito de una empresa.

“Morar” no sólo se dice de “habitar y vivir”, sino sobre todo de permanecer en unión íntima y estrecha”.

“Venir y ver” incluyen en su sentido profundo, la idea de darse, creer, aceptar, mirar espiritualmente, descubrir quién es Jesús.

Juan sintetiza el resultado de la entrevista repitiendo los mismos verbos:

Fueron, pues y vieron dónde moraba; y permanecieron con él aquel día. Era como la hora décima: Jn 1,39b

Dar testimonio de alguien supone haber tenido una experiencia personal: conocer a esa persona y apreciarla. ¿He tenido “experiencias” de Jesús? Y ¿He dado valientemente testimonio de él?

¿Qué dificultades tengo para permanecer íntimamente unido a él?


ESPERO TU RESPUESTA

2 comentarios:

Cristina dijo...

Hermosa Palabra!!!Uno se da cuenta de la falta de Jesús, cuando cae en el abismo..donde todo está tan oscuro que no valorás la vida, no te amás y amás al otro...es tal la autosuficiencia, que crees que tu ego puede resolver todo....y no es así. Soy testigo absoluto. Yo lo tenía a Dios como un soporte...cuando tenía adversidades, rezaba o le pedía que resolviera la situación, pero no desde el corazón, sino desde la mente, que por supuesto estaba totalmente engañada de que Dios debía cumplir lo que yo le pedía.... me tiró muchas veces de las orejas, pero como buena orgullosa y soberbia, no respondía o no quería interpretar su Llamado...hasta que un día, tuve un ACV y una profunda depresión, consecuencia de una vida equivocada; hacía cosas que perjudicaban mi persona. Un ángel me rescató y volví a encontrarme con el Señor..... Que descanso sentí y que existencia plena estoy teniendo...mi actitud hacia mi familia, se modificó, empecé a decir, TE AMO, porque ese sentimiento está dirigido no sólo a mis seres queridos sino también a personas de la cual no tengo cierta afinidad, pero sé que todos tienen al mismo Jesús en sus almas y por eso mi conducta como cristiana debe prevalecer. Mi corazón está lleno de Luz, el Espíritu Santo alimenta mi alma y sentir una paz interior, propia de aquel que lleva a Dios, me hace crecer en cada actitud que manifiesto...sé que todavía me falta mucho, sigo teniendo posturas de una Cristina vieja, pero estoy completamente segura que Dios,en sus tres personas y María, mi madre incondicional, van a lograr la transformación a una Cristina nueva, porque mi corazón y mi mente están sedientas del Agua Viva ....el que sigue a Jesús, va hacia la Vida Eterna... el que sigue a Jesús no vuelve para atrás.....

Carismas dijo...

cristina: te digo amen, amen , amen, yo fui testigo de la cristina vieja, y se de todo lo que esta haciendo el señor en tu vida.Animo. y adelante, que el señor tiene muchos tesoros para ti.DTB