domingo, 3 de enero de 2010

TESTIMONIO.

RENOVACIÓN CARISMÁTICA,
FRUTO DEL VATICANO II
por Matteo Calisi

Matteo Calisi, italiano, presidente de la Fraternidad Católica de las Asociaciones Carismáticas de Alianza, con presencia en numerosos países. Se trata de una organización mundial reconocida en 1990 por el Consejo Pontificio de los Laicos -que presidía entonces el cardenal argentino Eduardo Pironio-. Y se integra en la Renovación Carismática Católica, aprobada por el papa Pablo VI en 1975.
Matteo Calisi, casado y padre de dos hijos, reside en Bari y es el fundador y presidente de la «Comunidad de Jesús» --«Comunità di Gesù»--, dedicada a la adoración, a la evangelización y al ecumenismo. También es vicepresidente de los «Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica» (ICCRS), con sede en el Vaticano, y hace años que colabora con el Consejo Pontificio para los Laicos en el grupo de los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, y fue uno de los principales relatores en la última Asamblea Plenaria del dicasterio.

LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA,
FRUTO DEL VATICANO II
por Matteo Calisi

Durante la audiencia con los dirigentes italianos de la Renovación, en abril de 1998, el Santo Padre, Juan Pablo II, dijo : "El movimiento católico carismático es uno de los muchos fruto del Concilio Vaticano II. ¿Cómo no vamos a dar gracias por los preciosos frutos espirituales que la Renovación ha producido en la vida de la Iglesia y en las vidas de tanta gente? ¡Cuántos fieles seglares - hombres, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos - han podido experimentar en sus propias vidas el asombroso poder del Espíritu y Sus dones! ¡Cuánta gente ha vuelto a descubrir la fe, el gozo de la oración, el poder y la belleza de la Palabra de Dios, traduciendo todo esto en servicio generoso en la misión de la Iglesia!"
A la luz de este alentador mensaje del Santo Padre ¿cómo puede seguir siendo la Renovación esta "ocasión para la Iglesia y el mundo" como lo expresó proféticamente Pablo VI?
La Renovación como un acontecimiento extraordinario del Espíritu
Yo considero la Renovación como el acontecimiento extraordinario del Espíritu de este siglo, un acontecimiento extraordinario que estará destinado a caracterizar el futuro de la Iglesia misma. Este movimiento, tan poco estudiado por los especialistas, es el movimiento misionero en crecimiento más grande del mundo. Tiene una dimensión ecuménica significativa que, durante este siglo, ha crecido de cero a más de 500 millones en poco más de 90 años. Para el año 2025 se calcula que habrá 1.100 millones de carismáticos y pentecostales esparcidos por todo el mundo. Estamos hablando del movimiento más grande de despertar y renovación en la historia de la cristiandad.
En algunos aspectos la Renovación ha sido un "shock espiritual" para la Iglesia. Nadie podía haber previsto o planeado una explosión de espiritualidad, al final del siglo 20, con millones y millones de hombres y mujeres que ahora están hambrientos y buscando a Dios.
¿Qué hace Dios en la Renovación?
La Renovación restablece la Primacía de Dios en la vida de la Iglesia y de los creyentes y sobre todo, la Presencia viva de Jesús proclamado como Señor (cf. Hch. 2 36 y I Co 12 3). Jesús hablando sobre la acción del Espíritu, dice en San Juan : "él dará testimonio de mí" (Jn 15 26). Aún más, la Renovación restablece el poder de la evangelización acompañado por carismas y por una ardiente oración de adoración (cf. Hch ).
Por lo tanto, la Renovación Carismática llama a los cristianos una vez más a abrirse a una efusión del Espíritu de Dios en nuestra época cuando oramos por un nuevo "Bautismo del Espíritu Santo" (cf. Hch 1 5). Es precisamente este "Bautismo del Espíritu Santo" lo que hace que las personas pongan a Dios en primer lugar. Jesús dijo : primero "recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y" luego, "seréis mis testigos" (cf. Hch 1 8).... porque "separados de mí no podéis hacer nada." (Jn 15 5). De hecho, es imposible construir la Iglesia sin el Señor : los carismas, dones y ministerios vienen de Dios, ¡vienen del Espíritu ! (cf I Co 12 4-11). Por esta razón Pablo dice que "Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo" (I Co 12 13) el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. Tal efusión del Espíritu hace que la gente tenga un deseo fuerte de Dios.
Un deseo insaciable de Dios
La gente está hambrienta de cosas espirituales, está hambrienta de oración, está hambrienta de Iglesia, está hambrienta de Santos, está hambrienta de Pastores, ¡está hambrienta! ¡La gente tiene un hambre insaciable! Por lo tanto, la Renovación se presenta a sí misma como un movimiento contemporáneo en "busca de Dios", como ocurría en el pasado durante los grandes movimientos reformistas en la Iglesia - como los frailes mendicantes de la época medieval, el movimiento de San Francisco de Asís y otros - donde la gente nunca estaba suficientemente llena de Dios.
El Papa nos dijo: "habéis vuelto a descubrir el Poder del Espíritu, los carismas, las gracias sobrenaturales, los dones, la fe, el gusto por la oración la fuerza y la belleza de la Palabra de Dios, la misión, la evangelización..." La Renovación por lo tanto se convierte en una "dolorosa" búsqueda de la Presencia de Dios, como dijo San Francisco "¡Nunca tengo bastante de Dios!" La valentía de la Renovación es la de proclamar que el hombre puede experimentar a Dios, porque la Escritura dice que es bueno experimentar a Dios, pero la Renovación va más lejos para afirmar que es "Dios el que quiere experimentarnos a nosotros" (cf Jn 4 23) ; hasta el punto de que vive en nosotros, nos hace templos de Su Santo Espíritu, lugar de Su Santísima Presencia y como dijo Pablo el apóstol, hace de nuestro "cuerpo un santuario vivo del Espíritu Santo... santuario santo de Dios" (cf I Co 3 16-17). ¡Es esto lo que es una realidad asombrosa ! Por lo tanto podemos comprender fácilmente como es lógico y natural que la efusión del Espíritu de Dios genere un fruto tremendo como los carismas y dones del Espíritu, de modo que Dios ha podido entrar en nosotros y nos podemos convertir en canales de los "Dones de Dios" (cf I Co 12 7 ; Jn 4 10).
En resumen, la Renovación es esta efusión de lo sobrenatural en una sociedad que había proclamado la "muerte de Dios" a una Iglesia amenazada por la secularización.

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