sábado, 20 de junio de 2009

En el miedo – Cuando vienen las tempestades





Palabra de Dios

“Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. Se levanto una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero Él dormía.

Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: “¡Señor sálvanos que estamos perdidos!” Pero Él les dijo: “¡Que miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!”

Entonces se levanto, dio una orden al viento y al mar, y todo volvió a la más completa calma” Mt. 8,23-26



“Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo, con tu vara y tu bastón, y al verlos voy sin miedo.” Sal 23,4



Reflexión



Esto mismo muchas veces pasa en nuestras vidas. Estamos con Jesús. Participamos de la Iglesia, pero de repente, se descompone nuestro tiempo y se forma un tremendo temporal en nuestra vida.

En la familia se arma un gran lío, una fuerte discusión. Palabras fuertes y pesadas son lanzadas para todos lados. O entonces, en el trabajo, entre los compañeros, se siembran cizañas, nacen calumnias, el ambiente se vuelve tenso. O en el vecindario, por tal o cual motivo empieza la guerra de nervios para ver quien vence. O hasta en el grupo de la Iglesia, por tal o cual motivo, se acaba armando una verdadera tempestad.

En muchos casos al estar en una situación como esta, ayudamos aún más a aumentar el desastre. Otras veces nos acobardamos y nos llenamos de miedo.

El miedo, por lo general es lo contario a la fe. O sea, no es tanto el ser ateo que revela el no tener fe, sino más bien el sentir miedo revela, que la fe se ha agotado.

Los apóstoles de Jesús tuvieron esta misma experiencia. Están en la barca, que simboliza la vida, en el mar que son las dificultades cotidianas, y allí se arma una tempestad; y justo Jesús está durmiendo, exactamente como nos parece a nosotros en nuestros temporales, cuando también juzgamos que Jesús no esta sabiendo lo que pasa con nosotros. Los apóstoles lo despiertan desesperadamente porque creen que van a hundirse. Jesús se despierta y les reprende, pues le es inconcebible que pueda pasar por sus mentes, que estando Jesús allí pudieran hundirse.

Mi hermano, si el Señor está contigo, si Jesús está en la barca de tu vida, venga lo que venga, por más fea que sea la tempestad, no vas a hundirte. Hay que confiar, pues donde el bien esta instalado, el mal no puede prosperar.

Las tempestades son permitidas por el Señor para que podamos crecer en la fe, y aun cuando todo esté descompuesto, puedas seguir adelante sabiendo que la victoria a Dios pertenece.

Quédate con el Señor, tenlo en tu barca y sigue remando para adelante aunque venga el mal tiempo



? Oración



Señor Jesús, cuántas veces te desperté con mis gritos de desesperación: ¡Sálvame Señor que me estoy hundiendo! Pero hoy Señor pido de tu fuerza para portarme diferente. Hoy Señor, quiero sentir la seguridad de que estás conmigo y por eso puedo seguir remando confiadamente, aun en medio del más grande temporal. Visítame Señor, con el don de la fe, para que ni las más grandes pruebas me hagan dudar que Tú eres mi salvador y estás conmigo. No te pido Señor que me saques las pruebas, pero si te pido coraje para poder enfrentarlas y crecer con ellas. Destierra señor de mi vida el miedo y la cobardía. Amen






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