sábado, 28 de febrero de 2009

La cuaresma que Dios quiere......



LA CENIZA QUE DIOS QUIERE
Que no te consideres dueño de nada, sino humilde administrador.
Que no te gloríes de tus talentos, sino que con ellos edifiques a los demás.
Que no te creas santo o te creas algo, porque santo y grande es sólo Dios.
Que no te deprimas ni te acobardes, porque Dios es tu victoria.
Que aprecies el valor de las cosas sencillas.
Que valores más la calidad que la cantidad.
Que vivas el tiempo presente, sin tantos miedos y añoranzas.
Que estés abierto siempre a la esperanza.
Que ames la vida y la defiendas.
Que no temas la muerte, porque siempre es Pascua.

EL AYUNO que Dios quiere

Que no hagas gastos superfluos.
Que tus inversiones las pongas en el banco del tercer mundo y en la cuenta corriente de los pobres.
Que prefieras pasar tú necesidad antes que la padezca el hermano.
Que ofrezcas tu tiempo al que lo pida.
Que prefieras servir a ser servido.
Que tengas hambre y sed de justicia.
Que te comprometas en la lucha contra toda marginación.
Que veas en el pobre y en el que sufre un sacramento de Cristo.
Que esperes cada día una nueva humanidad.

LA ABSTINENCIA que Dios quiere

Que no seas esclavo del consumo, los juegos, las modas.
Que te abstengas de tanta televisión y de tanto DVD.
Que frecuentes menos bares, discotecas y lugares parecidos.
Que no seas esclavo del sexo ni de nada.
Que te abstengas de toda violencia.
Que respetes todo ser vivo.
Que te abstengas de palabras ociosas y necias.
Que te alimentes de la palabra de Dios.
Que comas la carne de Dios.

Misa

Hermanos: los invitamos para el próximo jueves 5 de marzo a la misa carismática en la parroquia de Lourdes.TEMA:Liberación de los temores y miedos para seguir al Señor.Los esperamos a las 20.30 horas.

viernes, 27 de febrero de 2009

Cuaresma




Por P. Enrique Sánchez G.
Misionero comboniano



Estamos por iniciar el tiempo de la cuaresma, cuarenta días que se antojan como un gran reto para salir de lo ordinario y rutinario de nuestras vidas y hacernos un poquito más sensibles a lo de Dios.
Se trata de cuarenta días que quieren servir de pretexto para que dejemos a un lado muchos de nuestros letargos espirituales y abandonemos la rigidez que nos ha ido paralizando e impidiendo ir a horizontes más extensos en donde podamos respirar un poco más el don de la vida que sólo Dios nos puede dar.
Cuarenta días para salir de los escondites en donde, tal vez sin quererlo, nos hemos ido refugiando o atrincherando, conformándonos con estilos de vida raquíticos y mediocres que nos han hecho creer que podemos ser felices dándonos un mundo a nuestra medida.
Son días para permitirnos la oportunidad de hacer un alto en nuestro caminar, por momentos agobiante, en el que la confusión y los imprevistos desagradables han hecho que perdiésemos el rumbo o que simplemente la frustración, el desencanto o el cansancio nos han obligado a sentarnos a un lado del camino, hartos de todo e insatisfechos de lo esencial.
La cuaresma, podríamos traducir esta palabra libremente diciendo que se trata de una oportunidad para que volvamos a lo importante, a lo no negociable, a aquello que no se puede hipotecar de nuestras vidas. Oportunidad para que simplemente tomemos conciencia de lo que valemos a los ojos de Dios.
Bien podría ser el tiempo para darnos el lujo de hacer el camino, junto a Jesús, que nos lleve a transitar por las avenidas de su pasión, por las calles de su calvario y por los puentes de su resurrección.
Cuarenta días para reconciliarnos con la pasión que está presente en nuestras historias cotidianas de odios, envidias, celos, mentiras, de violencia y de muerte.
Días para entrar en la pasión que vive Jesús, también hoy, en el drama de tantas personas que sufren ahí, muy cerca de nosotros. Pasión dolida en tantas experiencias de frustración e impotencia impresa en el rostro desesperado de muchos de nuestros contemporáneos que ven el futuro sin esperanzas y más bien como un panorama lleno de amenazas.
Pasión que experimentamos en nuestra propia carne cuando nos pone delante de nuestras muchas fragilidades y miserias, de nuestras incoherencias y corruptelas, de nuestros vicios y maldades.
Pero también, hay que decirlo, pasión que nos purifica y que nos ayuda a descubrir en el fondo de nuestros corazones nuestras más auténticas verdades: somos de Dios y en Cristo la pasión se hace crisol para que brille lo de Dios que llevamos dentro como algo generador de nuestras más auténticas felicidades.
Cuarenta días para asociarnos por un momento a la procesión que nos lleva de nuestras pobres realidades a la cima del Calvario en donde se escribió la página más significativa de cada una de nuestras historias.
Tiempo para cargar, sin protestar, con las cruces que nos recuerdan nuestro ser humanos, frágiles y pecadores. Camino de la cruz en el que reconoceremos la importancia del sacrificio, del valor de la renuncia, del significado de tantos sufrimientos, de lo indispensable de la perseverancia, de lo sabio del abandono.
Camino al calvario que se vuelve calzada en la que acogemos con sencillez la sabiduría de la tolerancia, la grandeza de la paciencia y lo maravilloso de la entrega gratuita que jamás serán aplaudidas ni comprendidas por los entendidos de nuestro mundo materializado, calculador y egoísta.
Camino de la cruz en el que aceptamos que Jesús nos ayude, que él cargue con lo que nos resulta insoportable, absurdo o simplemente inaceptable.
Cuarenta días para que intentemos comprende que Dios nos ha amado tanto que aceptó morir de amor en una cruz y lo sigue haciendo aunque los bien pensantes de hoy sigan afirmando que es algo intolerable.
Cuarenta días que se convierten en unas cuantas semanas, en un tiempo demasiado corto, para abrirnos al misterio infinito de la resurrección, de la vida nueva que es la nuestra.
Cuarenta días que se transforman en puentes que nos permiten pasar de nuestros panoramas desoladores a los horizontes infinitos en donde la muerte ya no puede gritar victoria, en donde la violencia ya no puede imponer su espectro de dolor, en donde el miedo y la angustia ya no tienen cabida, en donde, desde la sencillez que nos hace hijos amados en el Hijo, en Jesús, todos podemos vivir la vida que no se puede contener en cuarenta días, simple y sencillamente porque se trata de una vida que no tiene fin.
Buena cuaresma a todos y todas las que se permitirán abrir el corazón para que sea inundado por el Amor, que con gran humildad ha aceptado la pasión, se ha cargado de la cruz y nos ha hecho nacer a la vida única del Resucitado.

lunes, 23 de febrero de 2009

Marcos 9,14-29.



Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en
medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas.
En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a
saludarlo.
El les preguntó: "¿Sobre qué estaban discutiendo?".
Uno de ellos le dijo: "Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de
un espíritu mudo.
Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la
boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus
discípulos que lo expulsaran pero no pudieron".
"Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes?
¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo".
Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió
violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por
la boca.
Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que está así?". "Desde la
infancia, le respondió,
y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes
hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos".
"¡Si puedes...!", respondió Jesús. "Todo es posible para el que cree".

Inmediatamente el padre del niño exclamó: "Creo, ayúdame porque tengo poca
fe".
Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole:
"Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más".
El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo
como muerto, tanto que muchos decían: "Está muerto".
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.
Cuando entró en la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron:
"¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?".
El les respondió: "Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración".


Santa Teresa de Ávila (1515-1582), carmelita descalza, doctora de la Iglesia
El Castillo interior, 6ª morada, c. 4

«Tengo fe, pero dudo, ayúdame»

domingo, 22 de febrero de 2009

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 2, 1-12



Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y Él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a Él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: «¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?»
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o "Levántate, toma tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual».


JESÚS HACE POSIBLE LA CURACIÓN Y EL PERDÓN

Por José María Martín OSA

1.- Dios no recuerda nuestros pecados. La primera lectura del profeta Isaías deja claro que la salvación es gracia de Dios y no recompensa por los méritos de Israel. No es lo que podía esperarse, pues Israel se olvidó de invocar el nombre de Yahvé. Invita a Israel a que haga recuento de sus méritos si los halla, pero sólo es posible recordar una serie de pecados. Así que la salvación que ahora se anuncia es lo que Israel no merece; es gracia y, por lo tanto, algo nuevo y sorprendente. En el principio de la liberación y la renovación del pueblo está siempre el perdón de Dios y no los méritos acumulados. Así ha ocurrido otras veces en su historia y así va a ser ahora. Además de borrar nuestros delitos, Dios no se acuerda de nuestros pecados. Podemos decir “borrón y cuenta nueva”. Pero a veces no somos conscientes de que Dios es Padre

Misericordioso y no un juez que lleva nota exacta de todo lo malo que hacemos. Muchas veces hacemos cosas incorrectas ante los ojos de Dios y nos sentimos mal. Vamos a Dios, le pedimos perdón y al rato le volvemos a pedir perdón, y le volvemos a pedir perdón una y otra vez, sin darnos cuenta que Dios nos perdonó desde la primera vez que se lo pedimos, y no sólo eso, se ha olvidado de nuestro pecado…. Si Dios ya te perdonó, ¿Quién eres tú para no perdonarte?

Esta historia nos puede hacer reflexionar:

“Llega una mujer a una iglesia por primera vez, asegurando que ella podía hablar directamente con Dios y que Dios le respondía directamente todo lo que ella le preguntaba. Los miembros de la iglesia estaban asombrados y el sacerdote estaba escéptico. El pastor la llama aparte y le pregunta:

- ¿En serio usted habla directamente con Dios?

- Si, padre, en serio.

- ¿Y realmente Dios le contesta en forma directa?

- Si, en forma directa.

- Pues para serle sincero, yo no lo creo; pero si es verdad lo que me dice, entonces vaya con Dios y le pregunta qué pecado le confesé el jueves pasado y luego viene y me lo cuenta.

- Está bien, así lo haré.

Luego de una semana, regresa la mujer y el sacerdote sarcásticamente le pregunta:

- ¿Le preguntó a Dios lo que le dije?

- Sí, le pregunté y Él me contestó.

El sacerdote un poco asombrado y con miedo de que la señora lo delatara ante la congregación, le pregunta:

- ¿Y que le contestó?

A lo que la mujer responde:

- Dice Dios que ya no se acuerda”.

2.- Jesús cura y perdona. Los judíos relacionaban necesariamente el pecado con el sufrimiento. Para ellos estar enfermo o impedido era consecuencia del pecado. Si alguien sufría era porque había pecado. Para los judíos, un enfermo era alguien con quien Dios estaba enfadado. Esta idea la tienen incluso hoy muchas personas que creen que la enfermedad es fruto de algo malo que han hecho, dicen cosas como "…yo no he hecho nada malo para que Dios me envíe esta enfermedad…" Pecado y enfermedad eran inseparables para la mentalidad de la época. Cualquier judío habría estado de acuerdo en que el perdón de los pecados era condición previa para la curación. Jesús rompe de nuevo un esquema, perdona el pecado para que la curación se realice en plenitud; pero el perdonar los pecados era un cualidad exclusiva de Dios. Sólo Dios era quien podía perdonar los pecados, de ahí que los maestros de la ley lo acusaran de blasfemo.

3.- La camilla: dejar el pasado y asumir con esperanza el futuro. Jesús cura al enfermo y hay después del milagro un acto que se nos puede pasar por alto. Dice la Palabra que el enfermo "tomó su camilla y salió de allí a la vista de todos." Este tomar la camilla bien puede significar asumir el pasado, el propio pasado de sufrimiento y soledad. Los seres humanos tenemos muchas cosas del pasado que nos paralizan, nos acobardan y nos aturden. Son cosas que nos hacen infelices. Tomar el pasado ya curado es mirar lo sucedido sin dolor. ¡Cuánto sufrimiento sin fecha de caducidad existe en muchos seres humanos! Sólo quien curado asume su pasado puede tomar su camilla y andar por los senderos de Dios. Si antes la camilla —el pasado— era quien sostenía su parálisis, es ahora la vida curada quien mantiene sus recuerdos. Nunca debemos de olvidarnos que la salvación que Jesús nos trae es una salvación que abarca todas las dimensiones de la persona: pasado, presente, sentimientos, vida social…

4.- Debemos ser colaboradores de Dios como los camilleros. En nuestro mundo de hoy también existen muchos porteadores de seres humanos enfermos de muy diversos males: físicos, morales, sociales… Los que llevaron al paralítico hicieron todo y más. Fueron creativos en la necesidad, se llenaron de constancia y fueron muy insistentes. Estas pueden ser las actitudes básicas de cualquier proceso de evangelización. Normalmente siempre encontraremos estorbos para llevar a otros a Jesús. Cada uno de nosotros podemos abrir esa parte del techo que separa a muchos de Dios y hacer que se produzca el encuentro entre Dios y el ser humano herido de diversos males. ¿Cómo podemos nosotros, porteadores de fragilidad, abrir esos boquetes en el techo para el encuentro con el Señor?

El texto de Marcos nos plantea varios interrogantes: ¿Cómo comprendo y acojo el perdón de Dios que Jesús me ofrece? ¿Siento necesidad de él? ¿Cuál es la parálisis más grande que no me permite vivir la vida con plenitud? También a mí, Jesús me dirige su mirada y dice: "hijo, hija, tus pecados te son perdonados". La Palabra de Jesús está llena de la fuerza de Dios. Escuchándola con fe podemos experimentar su perdón lleno de amor. ¿Cuáles son mis relaciones con mi familia y mi comunidad? ¿Soy indiferente a los otros, como la multitud, o quizá cerrado y duro, como los escribas? Pero podría intentar adoptar la actitud de los cuatro hombres que llevaban la camilla, que se sienten responsables de quien sufre una parálisis. Ayudando a los otros, nosotros mismos recibimos la bendición en abundancia y nos convertimos en colaboradores de Dios.

viernes, 20 de febrero de 2009

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 8, 34--9, 1





Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque si alguien se avergüenza de mi y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles».
Y les decía: «Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder».


Reflexión hecha por el Papa Benedicto XVI, en la catequesis del Angelus (31 agosto 2008.)
Queridos hermanos y hermanas: para llevar a pleno cumplimiento la obra de salvación, el Redentor sigue asociando a sí y a su misión a hombres y mujeres dispuestos a tomar la cruz y a seguirle. Como le sucedió a Cristo, también para los cristianos cargar con la cruz no es algo opcional, sino una misión que hay que abrazar por amor. En nuestro mundo actual, en el que parecen dominar las fuerzas que dividen y destruyen, Cristo no deja de proponer a todos su invitación clara: quien quiere ser mi discípulo, reniegue de su egoísmo y lleve conmigo la cruz. Invoquemos la ayuda de la Virgen santa, quien siguió a Jesús por el camino de la cruz en primer lugar y hasta el final. Que ella nos ayude a seguir con decisión al Señor para experimentar ya desde ahora, a pesar de la prueba, la gloria de la resurrección.

lunes, 16 de febrero de 2009

El pasado día 11, memoria de Nuestra Señora de Lourdes, la Iglesia celebró la Jornada Mundial del Enfermo


Publicamos hoy en FAST el testimonio de Mari Patxi Ayerra, que recientemente expresó en una charla, en el que nos narra con pasión y fe la vivencia de Dios en medio de su enfermedad. Mari Patxi está casada, tiene tres hijos y tres nietos. Da charlas, anima Ejercicios, escribe muy bien y mucho, y siempre sobre Dios. He aquí un bello y sentido testimonio para iluminar el dolor y la enfermedad desde la fe.

Voy a hablar de mis adentros, de cómo vivir la enfermedad. Todos estamos tocados de enfermedad, sobre todo pasando de la juventud. Está mi enfermedad y la de los otros, la de los otros es la que nos hace sufrir más, porque mi enfermedad me la manejo yo mejor.

Cuando llega la enfermedad a la vida de uno, te descoloca, te rompe todos los planes, pone enfermos a los de alrededor, toda la familia está enferma de desasosiego, de preocupación. Notas que eres aguafiestas, que no das la talla, no puedes llevar una agenda, necesitas armarte de paciencia. Notas que no es lo mismo cuando se vive solo que cuando se vive con Dios. Con Él es mucho más fácil. Con Dios la vida es diferente.

Para tener una comunicación íntima con El, que sanee, hacen falta tiempos de silencio total. La enfermedad te echa el freno a las carreras de la vida y te obliga a tener más tiempo para ti mismo, y eso supone más tiempos para el encuentro con Dios.

Vivir la enfermedad, el deterioro, acompañado por El, es todo más fácil. Dinamiza mis recursos personales, no me pone en contacto con el problema, sino que me pone en contacto con la solución.

Puedo estar dándome pena, pero la autocompasión no genera salud. Tener nostalgia de cómo estábamos antes, no es sano, porque siempre estaremos peor, envejecer es obligatorio. A mí la enfermedad me ha hecho crecer, porque vivida la enfermedad con Dios, lo pequeño se hace grande y lo grande pequeño. Soy importante no por lo que hago sino por lo que soy.

La calidad de mi vida es según la calidad de mis encuentros con las personas con las que voy viviendo la vida. Me hago más sensible a su ternura. Es impresionante ver la ternura de la gente en una situación trágica: luego decimos que somos malos, pero ¡cómo es la gente de buena!

La actitud de no comunicar una enfermedad para no dar dolor a los otros, les priva a los otros de la capacidad de cuidarte, y sufrir contigo. Con mi enfermedad mi familia y amigos han aprendido a desarrollar más la ternura. No hay que guardarse las cosas, el cariño que no digas hoy, caduca. La enfermedad te hace perder el sentido del ridículo y tengo que saborear el cariño de los otros.

Vivir la vida en plural es el secreto de la felicidad. Somos personas habitadas, no estamos solos. Dios es el que queda cuando todos se van, por eso hay que saber disfrutar de su compañía.

Y hay que tener también sentido del humor, es una cualidad del amor. En vez de enrollarme en mi mismo como un yo-yo, me voy a lanzar a la vida, a querer, y así mi vida tiene sentido.

Si le dejo a la enfermedad que me gane la partida hago una historia de egocentrismo; si intento estar contenta, tengo dolor pero no sufrimiento. El sufrimiento es la resistencia a lo que ocurre. Cuando lo aceptas dejas de sufrir.

Cuando me despierta el dolor, me gusta hacer un recorrido mental por las cárceles, las prostitutas, y noto como que Dios me vuelve el corazón universal y se me vuelve pequeño lo mío. Le digo: «Señor, cámbiame mi corazón de piedra por uno de carne que palpite por los otros».

También en el dolor del otro, estar contento ayuda más. Lo importante es ocuparse, hacer lo mejor para la otra persona, captar lo que necesita, pero luego no llevártelo puesto.

Me siento valiosa cuando invito a mi casa, pero dejarme invitar me cuesta, pero tengo que dejar de hacer cosas. Son momentos de recibir. Aceptar la debilidad. Cuanto más débil yo, Dios se hace más fuerte en mí.

Dios hace brotar con la enfermedad lo mejor de mí, tengo una capacidad secreta de sentido del humor, madura la ternura. Esta vulnerabilidad me hace misericordiosa. He tenido que estar enferma para encontrar los tesoros que tengo en mi interior. Vamos tan corriendo que no los encontramos. La enfermedad es una llamada también a la interioridad. Deja el mundo de fuera, deja ya de correr. Es una llamada a vivir para dentro.

Podemos vivirlo como un fracaso porque no somos productivos, estamos en un mundo en que sólo se valora lo productivo, pero estando en casa estás generando, como genera un bebé, risas y ternuras alrededor.

El tiempo de enfermedad es un tiempo para abandonarte en Dios, es como si te llevaran en una moto, te agarras y te tienes que inclinar con las curvas porque si no te llevas un morrón, pues igual te tienes que inclinar por la vida, dejar que lo que pasa, pase, no resistirse.

La pena es malísima, y el miedo también. ¿Miedo a qué? A que te mueras, a que te lleven a un psiquiátrico… bueno, pues tendremos que tener la humildad suficiente para dejarnos cuidar con sencillez. Irá llegando el deterioro y cuanto más triunfadores somos, más nos cuesta aceptar el deterioro.

La enfermedad me hace vivir en zigzag, un día vivo bien y otro mal. Es bueno que salgamos de casa por la mañana bien amados, habiendo tenido “mi ratito con Dios”. Y si estamos enfermos, dejemos a los otros salir de casa, que noten que les necesitamos y que son importantes para nosotros.

Pero hay gente que niega la enfermedad, que te pregunta cómo estás pero se responden ellos mismos sin dejar que tú te expreses. El enfermo también necesita que se le escuche. El enfermo está asustado y necesita contarlo. Lo mejor que podemos hacer en la vida es acompañarnos unos a otros, y facilitarnos el camino.

Da más gusto decir que se está sano, que cuando estás mal. Qué pena das a los que les asusta la enfermedad y se esconden. En la escuela deberíamos aprender inteligencia emocional para manejar los enfados, la enfermedad y la muerte.

Esta temporada pasada he tenido momentos de pérdida de memoria, amnesia reciente. Y esto me asustaba mucho, si se me estropea el cuerpo, tengo la mente, pero si se me estropea la mente… yo tengo a Dios en la mente. Pero cuando no sepa yo quién es El, ya se acordará Él de mí, y lo que pase estará en sus manos.

Si vivo de verdad desde dentro, sabiendo que soy una mujer habitada, Él me invita a vivir en armonía con la vida, aunque mi vida se deteriore. Mi misión es querer, y he nacido para querer, y puedo querer todos los días de mi vida, despierta y dormida.

Siento que Dios me libera de mis autocompasiones, me invita a sentirme más plena, a sentirme plenamente feliz, que tenga vida en abundancia, en la enfermedad también. Que sepa dar como un adulto y recibir como una niña, saborear más el presente. Tengo que habituar mi cuerpo dolorido a la armonía interior.

A mis hijos les decía que si pierdo la cabeza no se desesperen, que me lleven donde sea, que sepan que vivo más en conexión con Dios. Quiero que mis hijos vivan así, siendo compasivos y agradecidos. El dejarme cuidar me ayuda más a vivir el estilo de Jesús. Vivir más la vida y la muerte, hasta que me encuentre en la camilla al lado de Él.

Las personas somos presente y memoria (de ayer y mañana). Si vivo en el presente vivo bien, pero la memoria me da nostalgia y me quita energía. Tengo que frenar la memoria del ayer y del mañana y vivir el presente. Aprender a vivir así con inteligencia emocional y sentido del humor.

Ya teníamos amores de antes, pero noto que con los años mi historia de amor con Dios va siendo cada vez más fuerte y dinamizadora, me apasiona para querer y gozar. Antes era más pequeña y la enfermedad ha sido como una jugada maestra de Él para hacerse más hueco.

A veces me enfado con Él, pero poco, me enfado más por cosas como el Tsunami o por cosas que leo en el periódico, por cómo les duele la vida a los otros, no por mí. Yo tengo una vida preciosa porque vivo mi enfermedad con Dios, ¡qué pena los que no viven la vida con el Dios de la vida

sábado, 14 de febrero de 2009

Si quieres ,puedes sanarme


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 40-45



Se le acercó un leproso a Jesús para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme». Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Lo quiero, quda purificado». Enseguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús los despidió, advirtiéndole severamente: «No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a Él de todas partes.


Hoy en dia hay tantas enfermedades, que sin ser la lepra, te aislan , ya sea físicas, espirituales, del alma, que te aislan, y te dejan fuera del sistema, hay otras enfermedades por ejemplo como la hiperobesidad, que tambien te dejan fuera como si fueras un leproso, o enfermedades invalidantes, o mutilaciones, o aveces el color de la piel, o tu condición sexual( aunque no se acepten los cinco géneros, desde el punto de vista católico , pero debemos saber y entender que estos se han convertido en los leprosos de la época, que sin validar su actuar, debemos tratarlos con mucha misericordia, y tratar en particular su problemática, o tambien pensar en las madres solteras,o las parejas separadas y en nueva unión, pero al estilo de Jesús debemos mirar con una mirada de piedad, el tocó al leproso y lo sanó , y para los judios se convirtió en un impuro, por eso no hagamos hincapié en que pensarán los demas, cada vez que dejaste a uno de mi hermanos sin atender, tambien me dejaste a mi , dice el Señor.
Atento a la lepra del fariseismo , que es peor que la misma enfermedad.Hermanos misericordia , piedad y caridad.Invitemos a los leprosos de esta época , para que el señor los sane,enseñemosle con nuetra actitud personal, que el señor esta vivo y esta esperando que le digan si puedes o quieres puedes sanarme.

viernes, 13 de febrero de 2009

Día de la Virgen de Lourdes


La feligresía celebró el miércoles el Día de Nuestra Señora de Lourdes

Más de doscientas personas, presididas por la imagen de María, concretaron la procesión por avenida Rocha, con la presencia del obispo Héctor Cardelli que ofició la misa junto a párrocos de la ciudad.

DE LA REDACCION. Una importante cantidad de fieles y devotos se congregó el miércoles en las puertas del templo dedicado a San Martín de Porres ubicado en el barrio Kennedy. A las 20:30 emprendieron la procesión guiados por la imagen de la Virgen de Lourdes que fue trasladada sobre los hombros de colaboradores durante la peregrinación.
La feligresía acompañó a la Virgen con antorchas encendidas y al compás de cánticos evangélicos y rezos, expresó su devoción a María. Atrás de la imagen peregrinaron sacerdotes de distintas Iglesias acompañados por monseñor Héctor Cardelli.
La marcha se extendió por Rocha hasta la intersección con Castelli, sitio en el que se encontraba armado el escenario de la Cooperativa Eléctrica. Durante la caminata los asistentes rezaron el Santo Rosario y presentaron a la Virgen sus intenciones. Además el grupo de canto de la Parroquia instaba a la feligresía a entonar temas en honor a María.
Luego de la peregrinación la Virgen fue entronizada en el escenario mayor. Allí los organizadores dispusieron de los elementos necesarios para la celebración de la Eucaristía.
La llegada de la Virgen al templo fue uno de los momentos más emotivos, ya que en las puertas de la parroquia un numeroso grupo de devotos aguardaba ansioso a la imagen.
Sobre avenida Rocha se dispusieron más de cuarenta bancos y sillas para el encuentro eucarístico. La misa fue presidida por el obispo diocesano, Héctor Cardelli y concelebrada por los párrocos de la iglesia, Saturnino Prieto y Carlos Rocha, además estuvieron Arturo Terenzi (presbítero de la Parroquia de Luján), Domingo Pisoni (sacerdote de la iglesia principal de Pergamino) y Gustavo Salse, proveniente del Santuario de San Nicolás.
Luego de las lecturas bíblicas de la fecha, monseñor Cardelli expresó en la homilía palabras alusivas a la jornada religiosa dedicada a la Virgen.

Festival artístico
Luego de la celebración de la misa, los fieles disfrutaron hasta la medianoche de los números musicales que presentaron artistas locales.
La festividad comenzó con la escuela de danzas “El Resero”, dirigida por Mauro Goitea. También danzó el grupo de adultos perteneciente a esta institución.
Malena Delorenzini junto a Bárbara Lentini brindaron un repertorio de temas foklóricos, al igual que Susana Miserere y Jorge Toso que ocuparon el escenario.
En la finalización del festival, actuaron el cuerpo de danzas de la Escuela de Bellas Artes, dirigido por Pedro Marlo y el broche de oro estuvo a cargo de Juan Carlos Migliaro.

Ser luz en el mundo
Luego de la lectura de la Palabra, referida a las bodas de Caná, el obispo inició la homilía diciendo: “Cuando Jesús encomendó a María a los hijos, ella se encargó de visitarlos, acompañarlos y de hacerle sentir su presencia maternal.
“Según algunas estadísticas el 40% de las manifestaciones de la Virgen se han producido en el último siglo. Quiere decir que nosotros tenemos un privilegio muy grande de sentirla cercana. María se acerca a nosotros, elige a quienes manifestarse y nos expresa la voluntad de su hijo, que es, precisamente la conversión”, dijo Cardelli.
Teniendo en cuenta que el lema de estas fiestas patronales fue: “Volver a Jesús” el obispo expresó: “Hay que reconocerlo como salvador, redentor. Hay que darse cuenta de que todas las gracias que recibimos vienen a nosotros merced a la encarnación y al misterio pascual de Jesús.
“Así es como esta manifestación de María en Lourdes también recomienda esta conversión de corazón. Porque en la medida en que nos convertimos a Jesucristo nuestra vida cambia. Siguiendo con la temática que se vino desarrollando en la novena, hay que convertirse para que caigan los ídolos que tenemos en esta tierra.
“Para adherir a Jesús tenemos que descubrir los valores que El nos deja con sus enseñanzas. Con esa sabiduría nosotros tenemos la misión de ser en el mundo la levadura, la luz y la sal, para evitar la corrupción, las tinieblas y que el mundo se apague y se autodestruya. Ahí estamos nosotros convertidos tratando de transformar las relaciones humanas.
“La recomendación de María en Lourdes tiene mucha vigencia y se vienen repitiendo en las distintas manifestaciones que hace nuestra madre. María tiene la vocación de Madre y habla a sus hijos porque busca el bien para los mismos.
“Queremos comprometer nuestra vida en este camino. Así en los ámbitos de relación que poseemos como seres humanos tenemos la misión de ser luz, sal y levadura y tenemos la ayuda para poder lograr esto.
“Siempre estamos expuestos al pecado, pero hagamos que nuestros pecados sean de fragilidad para que podamos arrepentirnos al dolor que generan y volver a Dios.
“Con la actitud humilde de fidelidad y confianza a la gracia, debemos seguir evangelizando el mundo. Si nosotros nos apagamos como luz la oscuridad de la confusión, el error y el pecado invadirán la sociedad. Tenemos una misión magnífica de ser luz en el mundo. Procuremos mantenerla siempre alimentada, encendida, seamos discípulos de Jesús.
“A través de nosotros Jesús se manifiesta y le da continuidad a su misión en la tierra”, concluyó monseñor Cardelli.
La Opinion de Pergamino

lunes, 9 de febrero de 2009

Octavo dia de la Novena


Lunes 9 De la feria
Tema:
La idolatría de la familia y la familia como ámbito de la realización de las personas.

20.00hs: Santo Rosario.

20.30hs: Oración de la Novena – Bendición de las familias – Eucaristía.

jueves, 5 de febrero de 2009

Cuarto dia de novena!!!!!!


Jueves 5 Santa Águeda Virgen y Mártir
Tema:
El dinero como ídolo y el dinero como facilidad de intercambio.
19.30hs: Santo Rosario.

20.00hs: Oración de la Novena – Eucaristía - Bendición de los Padres.

Próximo Encuentro de la Renovación En Lourdes

La Renovación Católica Carismática de la Parroquia de Lourdes de Pergamino, invita a la Misa carismática el día jueves 12 de febrero del 2009 a las 20:30 horas; donde oraremos por los enfermos y por las personas que han sido y son una bendición para tu vida. La misa será celebrada por el Vicario Carlos Rocha

domingo, 1 de febrero de 2009

Corazón de barro.

Corazón de barro
Hazme un corazón de barro,
rompe el corazón de piedra,
dale las vueltas que sean,
pero hazlo a tu manera.
Dame un corazón sencillo,
hazme un corazón como el tuyo,
usa la forma que quieras,
pero hazlo igualito que el tuyo.
Como quieras Señor,
¿cómo quieres que sea?
Dale la forma Jesús,
hazlo a tu manera.
Que tenga tu paciencia, tu amor,
que tenga tu voluntad,
que tenga tu libertad, que reine esa paz con Dios,
que tenga lo que me falta, que sobre lo que no tengo,
hazme un corazón de barro, es todo lo que yo quiero.
Que tenga tu sencillez siempre tan lleno de luz,
perdonar como perdonas, mira que bien lo haces tu,
hazme un corazón de niño un corazón limpio y puro,
dale las vueltas con tus manos
y hazme un corazón como el tuyo.

Hazme un corazón de barro...
Música y letra:
Junior Cabrera